lunes, 7 de noviembre de 2011

Riane Eisler: La Niñez del Mañana

Resumen escrito por Ron Miller, Foundation for Educational Renewal



Gran parte de la práctica educativa sigue viendo a los niños como componentes impersonales de una eficiente máquina social que pueden ser moldeados, evaluados, calificados y clasificados como cualquier otro producto o artículo mecánico. Eisler ofrece una inspirada visión alternativa para la educación. Ella sostiene que la sociedad post-industrial precisa hombres y mujeres flexibles, creativos y que piensen de manera independiente, y que se necesitan distintas prácticas educativas para cultivar estas cualidades. Pero la educación que Eisler propone va mucho más allá; la educación, después de todo, no es simplemente un paquete de técnicas que se practican en establecimientos escolares: Es un conjunto de creencias, valores y suposiciones que representan la empresa explícita de la cultura en su búsqueda por definir quiénes somos como seres humanos y qué significan nuestras vidas.



Tomorrow's Children se basa en la investigación en arqueología,, biología y psicología que Eisler presentó en su libro anterior, The Chalice and The Blade (El Cáliz y la Espada), publicado en 1987. Luego de estudiar la evolución de numerosas sociedades a lo largo de la historia, Eisler desarrolló una teoría de la transformación cultural que identifica dos estructuras básicas que influyen en el carácter de toda civilización, y en Tomorrow's Children muestra ampliamente la relevancia que tiene esta forma de entender la cultura con respecto a la educación.

Estas dos estructuras representan los extremos opuestos de un espectro de posibilidades culturales. Por un lado, las sociedades pueden ser rígidas y autoritarias, en las que la violencia, los abusos, y el miedo se usan para mantener el orden y perpetuar en el poder a las clases privilegiadas. Las divisiones raciales, lingüísticas o religiosas se usan para rankear las diversas posibilidades humanas, y tales sociedades están dominadas indefectiblemente por los hombres y por cualidades "masculinas" como la agresividad, la competitividad, y la conquista de la naturaleza. Eisler llama a esta estructura el modelo dominador de la sociedad. La estructura opuesta ideal está caracterizada por valores igualitarios y democráticos, equidad entre hombres y mujeres, colaboración, cuidado, apertura hacia la diversidad, conciencia ambiental, y bajos niveles de violencia. Eisler llama a esto el modelo solidario. Ella ha demostrado que algunas culturas, incluidas las olvidadas civilizaciones antiguas del mundo occidental, han practicado a gran escala y con éxito los valores solidarios. Esto sólo, sostiene Eisler, refuta las afirmaciones filosóficas y científicas de que los seres humanos son violentos, agresivos o egoístas por naturaleza. Desde luego que estas son posibilidades biológicas, pero también lo son el amor, la generosidad y la compasión.

El argumento principal de Tomorrow's Children es que la educación es un campo esencial en el que esto se tiene que dar. Por ende, educación solidaria no es simplemente un plan de estudios o una técnica de enseñanza, es un esfuerzo para nutrir la humanidad de nuestros jóvenes con el fin de crear una sociedad compasiva, pacífica y sustentable desde el punto de vista ambiental.
Este modelo solidario (partnership) contempla tres elementos muy importantes en la educación: La estructura (la organización de la toma de decisiones y los roles de enseñanza), el proceso (las relaciones pedagógicas que invitan al niño a participar en el aprendizaje en su totalidad), y el contenido (una rica selección de experiencias que provocan la manera de pensar, y narrativas que le permiten a los jóvenes entender más profundamente su lugar en la cultura, la historia y el mundo natural.) Tomorrow's Children explica cómo la educación para la transformación cultural depende de la integración de estos elementos, para lo que Eisler utiliza la metáfora de un tapiz tejido en un telar con tramas verticales y horizontales y puntadas cruzadas, para ilustrar la complejidad y la interconectividad de la educación solidaria.

Las singulares técnicas que Eisler recomienda para darle forma concreta en el aula a lo que ella llama proceso solidario ya son conocidas por muchos educadores - estrategias cooperativas de aprendizaje, aplicación de la teoría de la inteligencia múltiple, integración del plan de estudios con la experiencia, aprendizaje basado en el proyecto - para nombrar solo algunas. Pero la educación solidaria va mucho más allá; une el proceso, el contenido y la estructura en un enfoque integrado mucho mejor que cualquier otro método específico. Difiere de la mayoría de las propuestas educativa contemporáneas en que no se trata simplemente de un agregado al sistema educativo.

Si bien Tomorrow's Children ofrece materiales que pueden usarse de inmediato por educadores y alumnos, brinda al entorno educativo un enfoque que integra totalmente el equilibrio entre varones y mujeres, la pluralidad de culturas y la conciencia ambiental, como también una resolución pacífica de conflictos, ética y cuidado. Eisler sostiene esta orientación sin dudarlo, y expresa una clara preferencia por los valores solidarios sobre los valores del dominador, pero también es cautelosa a la hora de presentar a la educación solidaria como un enfoque moralista superior; de hecho, sería una contradicción promover el contenido solidario usando los procesos autoritarios convencionales del estilo dominador. En vez de ello, Eisler hace hincapié en la necesidad de una unión entre la inteligencia crítica y reflexiva y la cultivación de la empatía.

Para lograr esto, ella propone el continuo solidario-dominador como una lente analítica para observar nuestro presente y nuestro pasado. Los alumnos se exponen a diversas narrativas culturales, no solamente aquellas que glorifican los conflictos y la conquista, y son alentados a considerar la amplia gama de opciones culturales que hay disponibles en la humanidad, como también las consecuencias de estas opciones en el bienestar humano y la sustentabilidad ecológica. Un plan de estudios elaborado basándose en el modelo solidario hace posible ver que las relaciones del dominador no son inevitables, que hay alternativas viables. Les ofrece a los jóvenes una perspectiva mayor de sus vidas cotidianas y del mundo en general, al mostrar que la tensión existente entre el modelo solidario y el de dominador como dos posibilidades humanas básicas ha estado presente en toda la historia humana.

La educación solidaria apunta básicamente a darle a los jóvenes el poder de tomar decisiones inteligentes ofreciéndoles experiencias alternativas (procesos solidarios), entornos (estructura solidaria), y narrativas (contenido solidario), en lugar de inculcar de manera forzada ciertas formas de conocimiento y valores. También está diseñada para cultivar lo que Eisler llama auto-regulación (término que prefiere en lugar de auto-disciplina) de tal manera que la gente joven aprenda a ser ética y a estar atenta a las motivaciones positivas intrínsecas más que a las motivaciones negativas extrínsecas, como ser el miedo al castigo. Un tema recurrente en Tomorrow's Children es la idea de que la educación en una sociedad democrática tiene que mostrar un profundo sentido de respeto por la diversidad humana y la autonomía personal en lugar de tratar de moldear a los jóvenes según estándares arbitrarios: "Tenemos que prestar más atención a la forma en que los niños pueden desarrollar sus potenciales individuales únicos en vez de concentrarnos solamente en los exámenes estandarizados". Las escuelas son vistas como comunidades de aprendizaje.
En nuestra sociedad, hay una tendencia a suponer que las comunidades o escuelas basadas en el cuidado y la atención son algo que va en contra de los logros personales. Tomorrow's Children demuestra que eso es falso. De hecho, es en este tipo de comunidades de aprendizaje que la gente jóven puede acceder libremente a sus ansias humanas de perfeccionarse, de ser lo mejor que pueden ser. Pero mientras por un lado la educación solidaria le permite a los educadores ayudar mejor a los alumnos a realizar sus potenciales individuales, Eisler reconoce que lo que a veces se llama excelencia en el aprendizaje tiene que ir más allá de los logros académicos temporarios hacia el desarrollo personal a gran escala. También reconoce que la excelencia no puede medirse solamente a través de pruebas o exámenes diseñados para clasificar a los alumnos y medir sólo parte de lo que un alumno sabe en comparación a otros. La verdadera excelencia en la educación se concentra en todo el alumno como un individuo único e irrepetible, y sólo puede ser medida a través de la aplicación de herramientas más holísticas usando diversos formatos para elaborar informes de lo que los alumnos han aprendido en realidad. Educación Partnership intenta no solamente informar a la juventud sino a inspirarlos.

Un capítulo excitante de Tomorrow's Children, "Los comienzos: De las estrellas a nosotros", trata el tema del lugar de la humanidad en la vasta evolución de la vida en el cosmos. ¿Cuál es el significado de nuestro viaje en esta Tierra? pregunta Eisler. ¿Qué parte de nosotros nos conecta con el resto de la naturaleza y nos distingue de ella? Allí donde la enseñanza tradicional suele darles a los jóvenes sólo parte de la información y de los planes de estudio, la educación solidaria les ofrece una vista panorámica del brazo creativo de la evolución que revela el movimiento evolutivo general hacia una mayor variabilidad, complejidad de estructura, integración de funciones y flexibilidad de comportamiento. La evolución, y por ende la vida humana, es creativa, tiene un propósito, y brinda posibilidades inconmensurables. Eisler ofrece una meta-narrativa actualizada de la evolución (desde lo cósmico hasta lo cultural y personal) focalizándose en las posibilidades humanas más que en las limitaciones. Ella explica que la aplicación no crítica de la evolución humana de la biología neo-darviniana, con su énfasis puramente en la lucha egoísta y competitiva por la supervivencia, no representa un hallazgo científico neutro, sino que se basa en una posición teórica condicionada por la visión del mundo que tiene la cultura dominadora. En este capítulo, al igual que en otro titulado "From Counting to Current Events: Making the Three R's Meaningful, Tomorrow's Children muestra un enfoque distinto de la educación científica, adoptando un entendimiento más equilibrado y holístico del mundo. Eisler describe una buena cantidad de literatura científica que da cuenta de la importancia del amor, la compasión, y la cooperación en la evolución de la vida, y sostiene que la mayoría de la educación que reciben los jóvenes sobre el mundo natural y la biología deja de lado estos descubrimientos significativos e indiscutibles. De una u otra manera, la educación solidaria integra la educación ambiental con el plan de estudios en sí.

Otro capítulo bastante provocativo, "Nuestra aventura humana", resume la amplia investigación arqueológica y mitológica realizada por Eisler, explicando cómo las culturas con orientación dominadora han conquistado o suprimido otras formas de civilización. Ella sostiene que al principio las primeras sociedades humanas estaban mas orientadas al modelo solidario, y que la imagen popular del cavernícola con un garrote no tiene fundamento. Las primeras formas de arte humano expresaban una apreciación por el aspecto generoso y de sustentabilidad de la naturaleza, y muchas culturas antiguas parecen haber sido igualitarias y comunales. Pero la mayoría de las narrativas modernas tratan a la historia humana como la marcha del progreso desde la humanidad "bárbara" a la "civilizada"; idolatran a los conquistadores que trajeron la "civilización" (especialmente en los libros de texto estadounidenses, con una cultura machista, de raza blanca, y eurocéntrica), a la vez que ignoran otras expresiones vitales de la experiencia humana. Por ejemplo, la mayoría de nuestras narrativas representan pobremente, o directamente no representan, las historias de la vida de las mujeres en la mayoría de las culturas (para las cuales la no-violencia, el cuidado y la atención están relegados en las tradiciones dominadoras.) En nuestras narrativas dominantes también ha estado ausente, distorsionada o incompleta una historia de las experiencias de hombres en culturas supuestamente "primitivas," las que frecuentemente han estado orientadas mas hacia el modelo solidario.

Eisler muestra en repetidas ocasiones los mensajes dañinos que se encuentran entre líneas en los planes de estudios. Por ejemplo, por más que a la niñez se le enseñe que ser pacíficos es bueno y que la violencia es mala, al mismo tiempo se les está pidiendo que memoricen fechas de guerras y batallas como si fueran hechos significativos de la historia, y se le da poca importancia a las reformas sociales pacíficas. Por eso, se les está enseñando a la niñez lo que la cultura dominadora ya establecida quiere que ellos crean, y no se les da la posibilidad de entender holísticamente las posibilidades humanas. Tomorrow's Children muestra cómo este entendimiento vital puede cultivarse a través de diversas disciplinas académicas, desde la matemática hasta la historia, pasando por la literatura y el arte.

Otro tema importante de este libro es la educación por parte de los medios de comunicación. La niñez del mundo moderno recibe educación de la televisión, el cine, la música, la prensa escrita y otros medios en igual o mayor medida que la que reciben de sus padres y la escuela. Eisler muestra cuántas imágenes y narrativas promovidas a través de los medios masivos transmiten valores dominadores en lugar de valores solidarios. "Los niños aprenden que los hombres son más importantes que las mujeres... y que los blancos son más importantes que otras etnias... Al terminar la escuela primaria, un niño ha visto en promedio unos 8000 asesinatos y otros 100.000 actos de violencia en la televisión y será expuesto repetidamente a distintas formas de violencia provenientes de las películas y los juegos de video. Los medios también envían fuertes mensajes, tanto abierta como subliminalmente, sobre la imagen ideal del cuerpo, la sexualidad y las relaciones íntimas que en muchos casos pueden ser dañinas para las relaciones sanas y positivas. Una educación que fomente los valores solidarios debe ayudar a la juventud a ser más conscientes de las creencias dañinas y de los patrones de comportamiento que se enseñan sin que los medios masivos de comunicación tengan conciencia de ello." Una vez más, Eisler hace hincapié en que el punto no es moralizar o censurar, sino abrir canales de comunicación y ayudar a la niñez y a la juventud a pensar las consecuencias de las conductas y pensamientos que los rodean.
Ella cree que la civilización moderna está en un punto crucial, con dos escenarios posibles para el futuro desarrollo. Si las últimas tendencias siguen sin ser cuestionadas, puede que nos enfrentemos con una crisis social ecológica ­ un futuro de guerra, terrorismo, violencia étnica, contaminación y destrucción de los hábitats naturales, como también otras formas de fundamentalismo. La alternativa es una transformación cultural, una evolución de la sociedad orientada al modelo solidario regida por los estándares de los derechos humanos y las responsabilidades; un mundo en el que nuestra aventura humana se desarrolle de una forma creativa y pacífica, en el que pueda florecer el espíritu humano.

Tomorrow's Children sostiene que es de vital importancia alcanzar un cambio sustancial en la educación para lograr tal transformación, ya que la juventud que adquiere un entendimiento más holístico (multicultural, sin diferencias de sexo, sensible por el medio ambiente y flexible) de las posibilidades humanas, y que tienen oportunidades de participar en las comunidades democráticas, estarán mucho mejor preparados para sumarse a la construcción de una sociedad más humana, compasiva y ecológicamente sostenible que aquellos que son instruidos con los parámetros académicos actuales y clasificados de manera competitiva. Eisler resume muy bien la meta de la educación solidaria al usar la frase Cuidando la Vida. Eso es exactamente lo que tenemos que hacer, tanto en lo personal como en lo cultural y ambiental, si queremos evitar una desintegración violenta de la civilización moderna.

A manera de cierre, Eisler invita al lector de Tomorrow's Children a sumarse a un movimiento cultural emergente que se preocupe por la equidad social, la democracia participativa, la sustentabilidad ambiental y la realización personal. Mientras por un lado reconoce que la cultura dominadora se resiste a los valores solidarios en la educación y en otras instituciones, Eisler ofrece una visión positiva, declarando que el cambio fundamental es posible cuando la gente se une para trabajar y alcanzar aquellos valores que de verdad sirvan al bienestar humano. Eisler pronostica un futuro cercano en el que la niñez del mañana será consciente del enorme alcance de sus potenciales humanos. Estarán equipados para cultivar la parte positiva propia y de los demás. Entenderán lo que es necesario para lograr una verdadera democracia política y económica, y estarán equipados para ayudar a crearla y mantenerla.
la evolución de la vida, y sostiene que la mayoría de la educación que reciben los jóvenes sobre el mundo natural y la biología deja de lado estos descubrimientos significativos e indiscutibles. De una u otra manera, la educación solidaria integra la educación ambiental con el plan de estudios en sí.
Otro capítulo bastante provocativo, "Nuestra aventura humana", resume la amplia investigación arqueológica y mitológica realizada por Eisler, explicando cómo las culturas con orientación dominadora han conquistado o suprimido otras formas de civilización. Ella sostiene que al principio las primeras sociedades humanas estaban mas orientadas al modelo solidario, y que la imagen popular del cavernícola con un garrote no tiene fundamento. Las primeras formas de arte humano expresaban una apreciación por el aspecto generoso y de sustentabilidad de la naturaleza, y muchas culturas antiguas parecen haber sido igualitarias y comunales. Pero la mayoría de las narrativas modernas tratan a la historia humana como la marcha del progreso desde la humanidad "bárbara" a la "civilizada"; idolatran a los conquistadores que trajeron la "civilización" (especialmente en los libros de texto estadounidenses, con una cultura machista, de raza blanca, y eurocéntrica), a la vez que ignoran otras expresiones vitales de la experiencia humana. Por ejemplo, la mayoría de nuestras narrativas representan pobremente, o directamente no representan, las historias de la vida de las mujeres en la mayoría de las culturas (para las cuales la no-violencia, el cuidado y la atención están relegados en las tradiciones dominadoras.) En nuestras narrativas dominantes también ha estado ausente, distorsionada o incompleta una historia de las experiencias de hombres en culturas supuestamente "primitivas," las que frecuentemente han estado orientadas mas hacia el modelo solidario.

Eisler muestra en repetidas ocasiones los mensajes dañinos que se encuentran entre líneas en los planes de estudios. Por ejemplo, por más que a la niñez se le enseñe que ser pacíficos es bueno y que la violencia es mala, al mismo tiempo se les está pidiendo que memoricen fechas de guerras y batallas como si fueran hechos significativos de la historia, y se le da poca importancia a las reformas sociales pacíficas. Por eso, se les está enseñando a la niñez lo que la cultura dominadora ya establecida quiere que ellos crean, y no se les da la posibilidad de entender holísticamente las posibilidades humanas. Tomorrow's Children muestra cómo este entendimiento vital puede cultivarse a través de diversas disciplinas académicas, desde la matemática hasta la historia, pasando por la literatura y el arte.
Otro tema importante de este libro es la educación por parte de los medios de comunicación. La niñez del mundo moderno recibe educación de la televisión, el cine, la música, la prensa escrita y otros medios en igual o mayor medida que la que reciben de sus padres y la escuela. Eisler muestra cuántas imágenes y narrativas promovidas a través de los medios masivos transmiten valores dominadores en lugar de valores solidarios. "Los niños aprenden que los hombres son más importantes que las mujeres... y que los blancos son más importantes que otras etnias... Al terminar la escuela primaria, un niño ha visto en promedio unos 8000 asesinatos y otros 100.000 actos de violencia en la televisión y será expuesto repetidamente a distintas formas de violencia provenientes de las películas y los juegos de video. Los medios también envían fuertes mensajes, tanto abierta como subliminalmente, sobre la imagen ideal del cuerpo, la sexualidad y las relaciones íntimas que en muchos casos pueden ser dañinas para las relaciones sanas y positivas. Una educación que fomente los valores solidarios debe ayudar a la juventud a ser más conscientes de las creencias dañinas y de los patrones de comportamiento que se enseñan sin que los medios masivos de comunicación tengan conciencia de ello." Una vez más, Eisler hace hincapié en que el punto no es moralizar o censurar, sino abrir canales de comunicación y ayudar a la niñez y a la juventud a pensar las consecuencias de las conductas y pensamientos que los rodean.

Ella cree que la civilización moderna está en un punto crucial, con dos escenarios posibles para el futuro desarrollo. Si las últimas tendencias siguen sin ser cuestionadas, puede que nos enfrentemos con una crisis social ecológica ­ un futuro de guerra, terrorismo, violencia étnica, contaminación y destrucción de los hábitats naturales, como también otras formas de fundamentalismo. La alternativa es una transformación cultural, una evolución de la sociedad orientada al modelo solidario regida por los estándares de los derechos humanos y las responsabilidades; un mundo en el que nuestra aventura humana se desarrolle de una forma creativa y pacífica, en el que pueda florecer el espíritu humano.

Tomorrow's Children sostiene que es de vital importancia alcanzar un cambio sustancial en la educación para lograr tal transformación, ya que la juventud que adquiere un entendimiento más holístico (multicultural, sin diferencias de sexo, sensible por el medio ambiente y flexible) de las posibilidades humanas, y que tienen oportunidades de participar en las comunidades democráticas, estarán mucho mejor preparados para sumarse a la construcción de una sociedad más humana, compasiva y ecológicamente sostenible que aquellos que son instruidos con los parámetros académicos actuales y clasificados de manera competitiva. Eisler resume muy bien la meta de la educación solidaria al usar la frase Cuidando la Vida. Eso es exactamente lo que tenemos que hacer, tanto en lo personal como en lo cultural y ambiental, si queremos evitar una desintegración violenta de la civilización moderna.

A manera de cierre, Eisler invita al lector de Tomorrow's Children a sumarse a un movimiento cultural emergente que se preocupe por la equidad social, la democracia participativa, la sustentabilidad ambiental y la realización personal. Mientras por un lado reconoce que la cultura dominadora se resiste a los valores solidarios en la educación y en otras instituciones, Eisler ofrece una visión positiva, declarando que el cambio fundamental es posible cuando la gente se une para trabajar y alcanzar aquellos valores que de verdad sirvan al bienestar humano. Eisler pronostica un futuro cercano en el que la niñez del mañana será consciente del enorme alcance de sus potenciales humanos. Estarán equipados para cultivar la parte positiva propia y de los demás. Entenderán lo que es necesario para lograr una verdadera democracia política y económica, y estarán equipados para ayudar a crearla y mantenerla.
en culturas supuestamente "primitivas," las que frecuentemente han estado orientadas mas hacia el modelo solidario.

Eisler muestra en repetidas ocasiones los mensajes dañinos que se encuentran entre líneas en los planes de estudios. Por ejemplo, por más que a la niñez se le enseñe que ser pacíficos es bueno y que la violencia es mala, al mismo tiempo se les está pidiendo que memoricen fechas de guerras y batallas como si fueran hechos significativos de la historia, y se le da poca importancia a las reformas sociales pacíficas. Por eso, se les está enseñando a la niñez lo que la cultura dominadora ya establecida quiere que ellos crean, y no se les da la posibilidad de entender holísticamente las posibilidades humanas. Tomorrow's Children muestra cómo este entendimiento vital puede cultivarse a través de diversas disciplinas académicas, desde la matemática hasta la historia, pasando por la literatura y el arte.

Otro tema importante de este libro es la educación por parte de los medios de comunicación. La niñez del mundo moderno recibe educación de la televisión, el cine, la música, la prensa escrita y otros medios en igual o mayor medida que la que reciben de sus padres y la escuela. Eisler muestra cuántas imágenes y narrativas promovidas a través de los medios masivos transmiten valores dominadores en lugar de valores solidarios. "Los niños aprenden que los hombres son más importantes que las mujeres... y que los blancos son más importantes que otras etnias... Al terminar la escuela primaria, un niño ha visto en promedio unos 8000 asesinatos y otros 100.000 actos de violencia en la televisión y será expuesto repetidamente a distintas formas de violencia provenientes de las películas y los juegos de video. Los medios también envían fuertes mensajes, tanto abierta como subliminalmente, sobre la imagen ideal del cuerpo, la sexualidad y las relaciones íntimas que en muchos casos pueden ser dañinas para las relaciones sanas y positivas. Una educación que fomente los valores solidarios debe ayudar a la juventud a ser más conscientes de las creencias dañinas y de los patrones de comportamiento que se enseñan sin que los medios masivos de comunicación tengan conciencia de ello." Una vez más, Eisler hace hincapié en que el punto no es moralizar o censurar, sino abrir canales de comunicación y ayudar a la niñez y a la juventud a pensar las consecuencias de las conductas y pensamientos que los rodean.

Ella cree que la civilización moderna está en un punto crucial, con dos escenarios posibles para el futuro desarrollo. Si las últimas tendencias siguen sin ser cuestionadas, puede que nos enfrentemos con una crisis social ecológica ­ un futuro de guerra, terrorismo, violencia étnica, contaminación y destrucción de los hábitats naturales, como también otras formas de fundamentalismo. La alternativa es una transformación cultural, una evolución de la sociedad orientada al modelo solidario regida por los estándares de los derechos humanos y las responsabilidades; un mundo en el que nuestra aventura humana se desarrolle de una forma creativa y pacífica, en el que pueda florecer el espíritu humano.

Tomorrow's Children sostiene que es de vital importancia alcanzar un cambio sustancial en la educación para lograr tal transformación, ya que la juventud que adquiere un entendimiento más holístico (multicultural, sin diferencias de sexo, sensible por el medio ambiente y flexible) de las posibilidades humanas, y que tienen oportunidades de participar en las comunidades democráticas, estarán mucho mejor preparados para sumarse a la construcción de una sociedad más humana, compasiva y ecológicamente sostenible que aquellos que son instruidos con los parámetros académicos actuales y clasificados de manera competitiva. Eisler resume muy bien la meta de la educación solidaria al usar la frase Cuidando la Vida. Eso es exactamente lo que tenemos que hacer, tanto en lo personal como en lo cultural y ambiental, si queremos evitar una desintegración violenta de la civilización moderna.

A manera de cierre, Eisler invita al lector de Tomorrow's Children a sumarse a un movimiento cultural emergente que se preocupe por la equidad social, la democracia participativa, la sustentabilidad ambiental y la realización personal. Mientras por un lado reconoce que la cultura dominadora se resiste a los valores solidarios en la educación y en otras instituciones, Eisler ofrece una visión positiva, declarando que el cambio fundamental es posible cuando la gente se une para trabajar y alcanzar aquellos valores que de verdad sirvan al bienestar humano. Eisler pronostica un futuro cercano en el que la niñez del mañana será consciente del enorme alcance de sus potenciales humanos. Estarán equipados para cultivar la parte positiva propia y de los demás. Entenderán lo que es necesario para lograr una verdadera democracia política y económica, y estarán equipados para ayudar a crearla y mantenerla.

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