Resumen escrito por Ron Miller, Foundation for Educational Renewal
Gran parte de la práctica educativa sigue viendo a los niños como componentes impersonales de una eficiente máquina social que pueden ser moldeados, evaluados, calificados y clasificados como cualquier otro producto o artículo mecánico. Eisler ofrece una inspirada visión alternativa para la educación. Ella sostiene que la sociedad post-industrial precisa hombres y mujeres flexibles, creativos y que piensen de manera independiente, y que se necesitan distintas prácticas educativas para cultivar estas cualidades. Pero la educación que Eisler propone va mucho más allá; la educación, después de todo, no es simplemente un paquete de técnicas que se practican en establecimientos escolares: Es un conjunto de creencias, valores y suposiciones que representan la empresa explícita de la cultura en su búsqueda por definir quiénes somos como seres humanos y qué significan nuestras vidas.
Tomorrow's Children se basa en la investigación en
arqueología,, biología y psicología que Eisler presentó en su libro
anterior, The Chalice and The Blade (El Cáliz y la Espada), publicado en
1987. Luego de estudiar la evolución de numerosas sociedades a lo largo
de la historia, Eisler desarrolló una teoría de la transformación
cultural que identifica dos estructuras básicas que influyen en el
carácter de toda civilización, y en Tomorrow's Children muestra
ampliamente la relevancia que tiene esta forma de entender la cultura
con respecto a la educación.
Estas dos estructuras representan los
extremos opuestos de un espectro de posibilidades culturales. Por un
lado, las sociedades pueden ser rígidas y autoritarias, en las que la
violencia, los abusos, y el miedo se usan para mantener el orden y
perpetuar en el poder a las clases privilegiadas. Las divisiones
raciales, lingüísticas o religiosas se usan para rankear las diversas
posibilidades humanas, y tales sociedades están dominadas
indefectiblemente por los hombres y por cualidades "masculinas" como la
agresividad, la competitividad, y la conquista de la naturaleza. Eisler
llama a esta estructura el modelo dominador de la sociedad. La
estructura opuesta ideal está caracterizada por valores igualitarios y
democráticos, equidad entre hombres y mujeres, colaboración, cuidado,
apertura hacia la diversidad, conciencia ambiental, y bajos niveles de
violencia. Eisler llama a esto el modelo solidario. Ella ha demostrado
que algunas culturas, incluidas las olvidadas civilizaciones antiguas
del mundo occidental, han practicado a gran escala y con éxito los
valores solidarios. Esto sólo, sostiene Eisler, refuta las afirmaciones
filosóficas y científicas de que los seres humanos son violentos,
agresivos o egoístas por naturaleza. Desde luego que estas son
posibilidades biológicas, pero también lo son el amor, la generosidad y
la compasión.
El argumento principal de Tomorrow's Children es
que la educación es un campo esencial en el que esto se tiene que dar.
Por ende, educación solidaria no es simplemente un plan de estudios o
una técnica de enseñanza, es un esfuerzo para nutrir la humanidad de
nuestros jóvenes con el fin de crear una sociedad compasiva, pacífica y
sustentable desde el punto de vista ambiental.
Este modelo
solidario (partnership) contempla tres elementos muy importantes en la
educación: La estructura (la organización de la toma de decisiones y los
roles de enseñanza), el proceso (las relaciones pedagógicas que invitan
al niño a participar en el aprendizaje en su totalidad), y el contenido
(una rica selección de experiencias que provocan la manera de pensar, y
narrativas que le permiten a los jóvenes entender más profundamente su
lugar en la cultura, la historia y el mundo natural.) Tomorrow's Children explica
cómo la educación para la transformación cultural depende de la
integración de estos elementos, para lo que Eisler utiliza la metáfora
de un tapiz tejido en un telar con tramas verticales y horizontales y
puntadas cruzadas, para ilustrar la complejidad y la interconectividad
de la educación solidaria.
Las singulares técnicas que Eisler
recomienda para darle forma concreta en el aula a lo que ella llama
proceso solidario ya son conocidas por muchos educadores - estrategias
cooperativas de aprendizaje, aplicación de la teoría de la inteligencia
múltiple, integración del plan de estudios con la experiencia,
aprendizaje basado en el proyecto - para nombrar solo algunas. Pero la
educación solidaria va mucho más allá; une el proceso, el contenido y la
estructura en un enfoque integrado mucho mejor que cualquier otro
método específico. Difiere de la mayoría de las propuestas educativa
contemporáneas en que no se trata simplemente de un agregado al sistema
educativo.
Si bien Tomorrow's Children ofrece materiales
que pueden usarse de inmediato por educadores y alumnos, brinda al
entorno educativo un enfoque que integra totalmente el equilibrio entre
varones y mujeres, la pluralidad de culturas y la conciencia ambiental,
como también una resolución pacífica de conflictos, ética y cuidado.
Eisler sostiene esta orientación sin dudarlo, y expresa una clara
preferencia por los valores solidarios sobre los valores del dominador,
pero también es cautelosa a la hora de presentar a la educación
solidaria como un enfoque moralista superior; de hecho, sería una
contradicción promover el contenido solidario usando los procesos
autoritarios convencionales del estilo dominador. En vez de ello, Eisler
hace hincapié en la necesidad de una unión entre la inteligencia
crítica y reflexiva y la cultivación de la empatía.
Para lograr
esto, ella propone el continuo solidario-dominador como una lente
analítica para observar nuestro presente y nuestro pasado. Los alumnos
se exponen a diversas narrativas culturales, no solamente aquellas que
glorifican los conflictos y la conquista, y son alentados a considerar
la amplia gama de opciones culturales que hay disponibles en la
humanidad, como también las consecuencias de estas opciones en el
bienestar humano y la sustentabilidad ecológica. Un plan de estudios
elaborado basándose en el modelo solidario hace posible ver que las
relaciones del dominador no son inevitables, que hay alternativas
viables. Les ofrece a los jóvenes una perspectiva mayor de sus vidas
cotidianas y del mundo en general, al mostrar que la tensión existente
entre el modelo solidario y el de dominador como dos posibilidades
humanas básicas ha estado presente en toda la historia humana.
La
educación solidaria apunta básicamente a darle a los jóvenes el poder de
tomar decisiones inteligentes ofreciéndoles experiencias alternativas
(procesos solidarios), entornos (estructura solidaria), y narrativas
(contenido solidario), en lugar de inculcar de manera forzada ciertas
formas de conocimiento y valores. También está diseñada para cultivar lo
que Eisler llama auto-regulación (término que prefiere en lugar de
auto-disciplina) de tal manera que la gente joven aprenda a ser ética y a
estar atenta a las motivaciones positivas intrínsecas más que a las
motivaciones negativas extrínsecas, como ser el miedo al castigo. Un
tema recurrente en Tomorrow's Children es la idea de que la
educación en una sociedad democrática tiene que mostrar un profundo
sentido de respeto por la diversidad humana y la autonomía personal en
lugar de tratar de moldear a los jóvenes según estándares arbitrarios:
"Tenemos que prestar más atención a la forma en que los niños pueden
desarrollar sus potenciales individuales únicos en vez de concentrarnos
solamente en los exámenes estandarizados". Las escuelas son vistas como
comunidades de aprendizaje.
En nuestra sociedad, hay una tendencia
a suponer que las comunidades o escuelas basadas en el cuidado y la
atención son algo que va en contra de los logros personales. Tomorrow's Children demuestra
que eso es falso. De hecho, es en este tipo de comunidades de
aprendizaje que la gente jóven puede acceder libremente a sus ansias
humanas de perfeccionarse, de ser lo mejor que pueden ser. Pero mientras
por un lado la educación solidaria le permite a los educadores ayudar
mejor a los alumnos a realizar sus potenciales individuales, Eisler
reconoce que lo que a veces se llama excelencia en el aprendizaje tiene
que ir más allá de los logros académicos temporarios hacia el desarrollo
personal a gran escala. También reconoce que la excelencia no puede
medirse solamente a través de pruebas o exámenes diseñados para
clasificar a los alumnos y medir sólo parte de lo que un alumno sabe en
comparación a otros. La verdadera excelencia en la educación se
concentra en todo el alumno como un individuo único e irrepetible, y
sólo puede ser medida a través de la aplicación de herramientas más
holísticas usando diversos formatos para elaborar informes de lo que los
alumnos han aprendido en realidad. Educación Partnership intenta no
solamente informar a la juventud sino a inspirarlos.
Un capítulo excitante de Tomorrow's Children,
"Los comienzos: De las estrellas a nosotros", trata el tema del lugar
de la humanidad en la vasta evolución de la vida en el cosmos. ¿Cuál es
el significado de nuestro viaje en esta Tierra? pregunta Eisler. ¿Qué
parte de nosotros nos conecta con el resto de la naturaleza y nos
distingue de ella? Allí donde la enseñanza tradicional suele darles a
los jóvenes sólo parte de la información y de los planes de estudio, la
educación solidaria les ofrece una vista panorámica del brazo creativo
de la evolución que revela el movimiento evolutivo general hacia una
mayor variabilidad, complejidad de estructura, integración de funciones y
flexibilidad de comportamiento. La evolución, y por ende la vida
humana, es creativa, tiene un propósito, y brinda posibilidades
inconmensurables. Eisler ofrece una meta-narrativa actualizada de la
evolución (desde lo cósmico hasta lo cultural y personal) focalizándose
en las posibilidades humanas más que en las limitaciones. Ella explica
que la aplicación no crítica de la evolución humana de la biología
neo-darviniana, con su énfasis puramente en la lucha egoísta y
competitiva por la supervivencia, no representa un hallazgo científico
neutro, sino que se basa en una posición teórica condicionada por la
visión del mundo que tiene la cultura dominadora. En este capítulo, al
igual que en otro titulado "From Counting to Current Events: Making the
Three R's Meaningful, Tomorrow's Children muestra un enfoque
distinto de la educación científica, adoptando un entendimiento más
equilibrado y holístico del mundo. Eisler describe una buena cantidad de
literatura científica que da cuenta de la importancia del amor, la
compasión, y la cooperación en la evolución de la vida, y sostiene que
la mayoría de la educación que reciben los jóvenes sobre el mundo
natural y la biología deja de lado estos descubrimientos significativos e
indiscutibles. De una u otra manera, la educación solidaria integra la
educación ambiental con el plan de estudios en sí.
Otro capítulo
bastante provocativo, "Nuestra aventura humana", resume la amplia
investigación arqueológica y mitológica realizada por Eisler, explicando
cómo las culturas con orientación dominadora han conquistado o
suprimido otras formas de civilización. Ella sostiene que al principio
las primeras sociedades humanas estaban mas orientadas al modelo
solidario, y que la imagen popular del cavernícola con un garrote no
tiene fundamento. Las primeras formas de arte humano expresaban una
apreciación por el aspecto generoso y de sustentabilidad de la
naturaleza, y muchas culturas antiguas parecen haber sido igualitarias y
comunales. Pero la mayoría de las narrativas modernas tratan a la
historia humana como la marcha del progreso desde la humanidad "bárbara"
a la "civilizada"; idolatran a los conquistadores que trajeron la
"civilización" (especialmente en los libros de texto estadounidenses,
con una cultura machista, de raza blanca, y eurocéntrica), a la vez que
ignoran otras expresiones vitales de la experiencia humana. Por ejemplo,
la mayoría de nuestras narrativas representan pobremente, o
directamente no representan, las historias de la vida de las mujeres en
la mayoría de las culturas (para las cuales la no-violencia, el cuidado y
la atención están relegados en las tradiciones dominadoras.) En
nuestras narrativas dominantes también ha estado ausente, distorsionada o
incompleta una historia de las experiencias de hombres en culturas
supuestamente "primitivas," las que frecuentemente han estado orientadas
mas hacia el modelo solidario.
Eisler muestra en repetidas
ocasiones los mensajes dañinos que se encuentran entre líneas en los
planes de estudios. Por ejemplo, por más que a la niñez se le enseñe que
ser pacíficos es bueno y que la violencia es mala, al mismo tiempo se
les está pidiendo que memoricen fechas de guerras y batallas como si
fueran hechos significativos de la historia, y se le da poca importancia
a las reformas sociales pacíficas. Por eso, se les está enseñando a la
niñez lo que la cultura dominadora ya establecida quiere que ellos
crean, y no se les da la posibilidad de entender holísticamente las
posibilidades humanas. Tomorrow's Children muestra cómo este
entendimiento vital puede cultivarse a través de diversas disciplinas
académicas, desde la matemática hasta la historia, pasando por la
literatura y el arte.
Otro tema importante de este libro es la
educación por parte de los medios de comunicación. La niñez del mundo
moderno recibe educación de la televisión, el cine, la música, la prensa
escrita y otros medios en igual o mayor medida que la que reciben de
sus padres y la escuela. Eisler muestra cuántas imágenes y narrativas
promovidas a través de los medios masivos transmiten valores dominadores
en lugar de valores solidarios. "Los niños aprenden que los hombres son
más importantes que las mujeres... y que los blancos son más
importantes que otras etnias... Al terminar la escuela primaria, un niño
ha visto en promedio unos 8000 asesinatos y otros 100.000 actos de
violencia en la televisión y será expuesto repetidamente a distintas
formas de violencia provenientes de las películas y los juegos de video.
Los medios también envían fuertes mensajes, tanto abierta como
subliminalmente, sobre la imagen ideal del cuerpo, la sexualidad y las
relaciones íntimas que en muchos casos pueden ser dañinas para las
relaciones sanas y positivas. Una educación que fomente los valores
solidarios debe ayudar a la juventud a ser más conscientes de las
creencias dañinas y de los patrones de comportamiento que se enseñan sin
que los medios masivos de comunicación tengan conciencia de ello." Una
vez más, Eisler hace hincapié en que el punto no es moralizar o
censurar, sino abrir canales de comunicación y ayudar a la niñez y a la
juventud a pensar las consecuencias de las conductas y pensamientos que
los rodean.
Ella cree que la civilización moderna está en un punto
crucial, con dos escenarios posibles para el futuro desarrollo. Si las
últimas tendencias siguen sin ser cuestionadas, puede que nos
enfrentemos con una crisis social ecológica un futuro de guerra,
terrorismo, violencia étnica, contaminación y destrucción de los
hábitats naturales, como también otras formas de fundamentalismo. La
alternativa es una transformación cultural, una evolución de la sociedad
orientada al modelo solidario regida por los estándares de los derechos
humanos y las responsabilidades; un mundo en el que nuestra aventura
humana se desarrolle de una forma creativa y pacífica, en el que pueda
florecer el espíritu humano.
Tomorrow's Children sostiene
que es de vital importancia alcanzar un cambio sustancial en la
educación para lograr tal transformación, ya que la juventud que
adquiere un entendimiento más holístico (multicultural, sin diferencias
de sexo, sensible por el medio ambiente y flexible) de las posibilidades
humanas, y que tienen oportunidades de participar en las comunidades
democráticas, estarán mucho mejor preparados para sumarse a la
construcción de una sociedad más humana, compasiva y ecológicamente
sostenible que aquellos que son instruidos con los parámetros académicos
actuales y clasificados de manera competitiva. Eisler resume muy bien
la meta de la educación solidaria al usar la frase Cuidando la Vida. Eso
es exactamente lo que tenemos que hacer, tanto en lo personal como en
lo cultural y ambiental, si queremos evitar una desintegración violenta
de la civilización moderna.
A manera de cierre, Eisler invita al lector de Tomorrow's Children a
sumarse a un movimiento cultural emergente que se preocupe por la
equidad social, la democracia participativa, la sustentabilidad
ambiental y la realización personal. Mientras por un lado reconoce que
la cultura dominadora se resiste a los valores solidarios en la
educación y en otras instituciones, Eisler ofrece una visión positiva,
declarando que el cambio fundamental es posible cuando la gente se une
para trabajar y alcanzar aquellos valores que de verdad sirvan al
bienestar humano. Eisler pronostica un futuro cercano en el que la niñez
del mañana será consciente del enorme alcance de sus potenciales
humanos. Estarán equipados para cultivar la parte positiva propia y de
los demás. Entenderán lo que es necesario para lograr una verdadera
democracia política y económica, y estarán equipados para ayudar a
crearla y mantenerla.
la evolución de la vida, y sostiene que
la mayoría de la educación que reciben los jóvenes sobre el mundo
natural y la biología deja de lado estos descubrimientos significativos e
indiscutibles. De una u otra manera, la educación solidaria integra la
educación ambiental con el plan de estudios en sí.
Otro capítulo
bastante provocativo, "Nuestra aventura humana", resume la amplia
investigación arqueológica y mitológica realizada por Eisler, explicando
cómo las culturas con orientación dominadora han conquistado o
suprimido otras formas de civilización. Ella sostiene que al principio
las primeras sociedades humanas estaban mas orientadas al modelo
solidario, y que la imagen popular del cavernícola con un garrote no
tiene fundamento. Las primeras formas de arte humano expresaban una
apreciación por el aspecto generoso y de sustentabilidad de la
naturaleza, y muchas culturas antiguas parecen haber sido igualitarias y
comunales. Pero la mayoría de las narrativas modernas tratan a la
historia humana como la marcha del progreso desde la humanidad "bárbara"
a la "civilizada"; idolatran a los conquistadores que trajeron la
"civilización" (especialmente en los libros de texto estadounidenses,
con una cultura machista, de raza blanca, y eurocéntrica), a la vez que
ignoran otras expresiones vitales de la experiencia humana. Por ejemplo,
la mayoría de nuestras narrativas representan pobremente, o
directamente no representan, las historias de la vida de las mujeres en
la mayoría de las culturas (para las cuales la no-violencia, el cuidado y
la atención están relegados en las tradiciones dominadoras.) En
nuestras narrativas dominantes también ha estado ausente, distorsionada o
incompleta una historia de las experiencias de hombres en culturas
supuestamente "primitivas," las que frecuentemente han estado orientadas
mas hacia el modelo solidario.
Eisler muestra en repetidas
ocasiones los mensajes dañinos que se encuentran entre líneas en los
planes de estudios. Por ejemplo, por más que a la niñez se le enseñe que
ser pacíficos es bueno y que la violencia es mala, al mismo tiempo se
les está pidiendo que memoricen fechas de guerras y batallas como si
fueran hechos significativos de la historia, y se le da poca importancia
a las reformas sociales pacíficas. Por eso, se les está enseñando a la
niñez lo que la cultura dominadora ya establecida quiere que ellos
crean, y no se les da la posibilidad de entender holísticamente las
posibilidades humanas. Tomorrow's Children muestra cómo este
entendimiento vital puede cultivarse a través de diversas disciplinas
académicas, desde la matemática hasta la historia, pasando por la
literatura y el arte.
Otro tema importante de este libro es la
educación por parte de los medios de comunicación. La niñez del mundo
moderno recibe educación de la televisión, el cine, la música, la prensa
escrita y otros medios en igual o mayor medida que la que reciben de
sus padres y la escuela. Eisler muestra cuántas imágenes y narrativas
promovidas a través de los medios masivos transmiten valores dominadores
en lugar de valores solidarios. "Los niños aprenden que los hombres son
más importantes que las mujeres... y que los blancos son más
importantes que otras etnias... Al terminar la escuela primaria, un niño
ha visto en promedio unos 8000 asesinatos y otros 100.000 actos de
violencia en la televisión y será expuesto repetidamente a distintas
formas de violencia provenientes de las películas y los juegos de video.
Los medios también envían fuertes mensajes, tanto abierta como
subliminalmente, sobre la imagen ideal del cuerpo, la sexualidad y las
relaciones íntimas que en muchos casos pueden ser dañinas para las
relaciones sanas y positivas. Una educación que fomente los valores
solidarios debe ayudar a la juventud a ser más conscientes de las
creencias dañinas y de los patrones de comportamiento que se enseñan sin
que los medios masivos de comunicación tengan conciencia de ello." Una
vez más, Eisler hace hincapié en que el punto no es moralizar o
censurar, sino abrir canales de comunicación y ayudar a la niñez y a la
juventud a pensar las consecuencias de las conductas y pensamientos que
los rodean.
Ella cree que la civilización moderna está en un punto
crucial, con dos escenarios posibles para el futuro desarrollo. Si las
últimas tendencias siguen sin ser cuestionadas, puede que nos
enfrentemos con una crisis social ecológica un futuro de guerra,
terrorismo, violencia étnica, contaminación y destrucción de los
hábitats naturales, como también otras formas de fundamentalismo. La
alternativa es una transformación cultural, una evolución de la sociedad
orientada al modelo solidario regida por los estándares de los derechos
humanos y las responsabilidades; un mundo en el que nuestra aventura
humana se desarrolle de una forma creativa y pacífica, en el que pueda
florecer el espíritu humano.
Tomorrow's Children sostiene
que es de vital importancia alcanzar un cambio sustancial en la
educación para lograr tal transformación, ya que la juventud que
adquiere un entendimiento más holístico (multicultural, sin diferencias
de sexo, sensible por el medio ambiente y flexible) de las posibilidades
humanas, y que tienen oportunidades de participar en las comunidades
democráticas, estarán mucho mejor preparados para sumarse a la
construcción de una sociedad más humana, compasiva y ecológicamente
sostenible que aquellos que son instruidos con los parámetros académicos
actuales y clasificados de manera competitiva. Eisler resume muy bien
la meta de la educación solidaria al usar la frase Cuidando la Vida. Eso
es exactamente lo que tenemos que hacer, tanto en lo personal como en
lo cultural y ambiental, si queremos evitar una desintegración violenta
de la civilización moderna.
A manera de cierre, Eisler invita al lector de Tomorrow's Children a
sumarse a un movimiento cultural emergente que se preocupe por la
equidad social, la democracia participativa, la sustentabilidad
ambiental y la realización personal. Mientras por un lado reconoce que
la cultura dominadora se resiste a los valores solidarios en la
educación y en otras instituciones, Eisler ofrece una visión positiva,
declarando que el cambio fundamental es posible cuando la gente se une
para trabajar y alcanzar aquellos valores que de verdad sirvan al
bienestar humano. Eisler pronostica un futuro cercano en el que la niñez
del mañana será consciente del enorme alcance de sus potenciales
humanos. Estarán equipados para cultivar la parte positiva propia y de
los demás. Entenderán lo que es necesario para lograr una verdadera
democracia política y económica, y estarán equipados para ayudar a
crearla y mantenerla.
en culturas
supuestamente "primitivas," las que frecuentemente han estado orientadas
mas hacia el modelo solidario.
Eisler muestra en repetidas
ocasiones los mensajes dañinos que se encuentran entre líneas en los
planes de estudios. Por ejemplo, por más que a la niñez se le enseñe que
ser pacíficos es bueno y que la violencia es mala, al mismo tiempo se
les está pidiendo que memoricen fechas de guerras y batallas como si
fueran hechos significativos de la historia, y se le da poca importancia
a las reformas sociales pacíficas. Por eso, se les está enseñando a la
niñez lo que la cultura dominadora ya establecida quiere que ellos
crean, y no se les da la posibilidad de entender holísticamente las
posibilidades humanas. Tomorrow's Children muestra cómo este
entendimiento vital puede cultivarse a través de diversas disciplinas
académicas, desde la matemática hasta la historia, pasando por la
literatura y el arte.
Otro tema importante de este libro es la
educación por parte de los medios de comunicación. La niñez del mundo
moderno recibe educación de la televisión, el cine, la música, la prensa
escrita y otros medios en igual o mayor medida que la que reciben de
sus padres y la escuela. Eisler muestra cuántas imágenes y narrativas
promovidas a través de los medios masivos transmiten valores dominadores
en lugar de valores solidarios. "Los niños aprenden que los hombres son
más importantes que las mujeres... y que los blancos son más
importantes que otras etnias... Al terminar la escuela primaria, un niño
ha visto en promedio unos 8000 asesinatos y otros 100.000 actos de
violencia en la televisión y será expuesto repetidamente a distintas
formas de violencia provenientes de las películas y los juegos de video.
Los medios también envían fuertes mensajes, tanto abierta como
subliminalmente, sobre la imagen ideal del cuerpo, la sexualidad y las
relaciones íntimas que en muchos casos pueden ser dañinas para las
relaciones sanas y positivas. Una educación que fomente los valores
solidarios debe ayudar a la juventud a ser más conscientes de las
creencias dañinas y de los patrones de comportamiento que se enseñan sin
que los medios masivos de comunicación tengan conciencia de ello." Una
vez más, Eisler hace hincapié en que el punto no es moralizar o
censurar, sino abrir canales de comunicación y ayudar a la niñez y a la
juventud a pensar las consecuencias de las conductas y pensamientos que
los rodean.
Ella cree que la civilización moderna está en un punto
crucial, con dos escenarios posibles para el futuro desarrollo. Si las
últimas tendencias siguen sin ser cuestionadas, puede que nos
enfrentemos con una crisis social ecológica un futuro de guerra,
terrorismo, violencia étnica, contaminación y destrucción de los
hábitats naturales, como también otras formas de fundamentalismo. La
alternativa es una transformación cultural, una evolución de la sociedad
orientada al modelo solidario regida por los estándares de los derechos
humanos y las responsabilidades; un mundo en el que nuestra aventura
humana se desarrolle de una forma creativa y pacífica, en el que pueda
florecer el espíritu humano.
Tomorrow's Children sostiene
que es de vital importancia alcanzar un cambio sustancial en la
educación para lograr tal transformación, ya que la juventud que
adquiere un entendimiento más holístico (multicultural, sin diferencias
de sexo, sensible por el medio ambiente y flexible) de las posibilidades
humanas, y que tienen oportunidades de participar en las comunidades
democráticas, estarán mucho mejor preparados para sumarse a la
construcción de una sociedad más humana, compasiva y ecológicamente
sostenible que aquellos que son instruidos con los parámetros académicos
actuales y clasificados de manera competitiva. Eisler resume muy bien
la meta de la educación solidaria al usar la frase Cuidando la Vida. Eso
es exactamente lo que tenemos que hacer, tanto en lo personal como en
lo cultural y ambiental, si queremos evitar una desintegración violenta
de la civilización moderna.
A manera de cierre, Eisler invita al lector de Tomorrow's Children a
sumarse a un movimiento cultural emergente que se preocupe por la
equidad social, la democracia participativa, la sustentabilidad
ambiental y la realización personal. Mientras por un lado reconoce que
la cultura dominadora se resiste a los valores solidarios en la
educación y en otras instituciones, Eisler ofrece una visión positiva,
declarando que el cambio fundamental es posible cuando la gente se une
para trabajar y alcanzar aquellos valores que de verdad sirvan al
bienestar humano. Eisler pronostica un futuro cercano en el que la niñez
del mañana será consciente del enorme alcance de sus potenciales
humanos. Estarán equipados para cultivar la parte positiva propia y de
los demás. Entenderán lo que es necesario para lograr una verdadera
democracia política y económica, y estarán equipados para ayudar a
crearla y mantenerla.
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