Habla demasiado durante las clases. No hace los deberes.
Tiene que esforzarse más. No estudia la asignatura. Es sucio y
desordenado. Conocimientos Insuficiente. Conducta Muy Deficiente.
El
colegio, la infancia. La administración de los niños. Pupitres y
lápices. Plastilina y cartulinas de colores. Tijeras y horarios. Notas,
juicios de valor transmutados en cuantificación de hechos.
Muchos niños, unos cuantos adultos. Niños, los mayores y los pequeños. Adultos asalariados, director, jefe de estudios.
¿Llega uno a ser una serie de informes remitidos por las autoridades? ¿Llega uno a ser una autoridad?
Sea un Alumno á, uno de tantos ni más ni menos que uno más. Sea un Maestro B, uno de tantos ni más ni menos que uno más.
A
á lo despiertan muy temprano para llevarle al colegio antes de que los
padres entren a trabajar. Le dan de desayuno carantoñas y reproches.
B se despierta temprano gracias al despertador obediente para ir a trabajar. Desayuna café y noticias.
Adiós
ni más ni menos que a sus padres que le dejan en la puerta de la
institución para dirigirse a sus lugares de trabajo. La cartera con los
libros a la espalda.
Hola
ni más ni menos que a los jefes y a los compañeros de trabajo y a las
actividades planificadas. Hay que llevar al día la agenda.
Suena el timbre, a clase.
3.
En principio B quiere enseñar y á quiere aprender.
De
hecho á - a la fuerza ahorcan- está aprendiendo con sus compañeros y
contra ellos, está aprendiendo de los mayores y contra ellos, está
aprendiendo frente a los pequeños y contra ellos.
B
sin embargo no enseña, en principio, a sus compañeros y mucho menos a
sus jefes. Comenta, acata, discute. Enseña a los alumnos, por los
alumnos y para los alumnos. También enseña por la sociedad y para la
sociedad. Y por un sueldo.
Si
á aprende es bien por curiosidad bien por interés o bien por
obligación. Por el mero placer de hacer y aprender mientras se hace; por
ganarse el afecto de los demás, compañeros o adultos; por sometimiento a
la autoridad que los padres han transferido a B y el respeto que B haya
podido ganarse.
4.
‘Más uno’ es la regla de la aritmética, ‘uno más’ la de la existencia,
la condición ontológica de ser. Soy, propiamente hablando, uno más, uno
entre tantos otros, y uno entre unos cuantos. Soy uno más lo otro.
Tender hacia fuera y volver a uno mismo. Esta es la regla del devenir, del volverse alguien en vez de nadie.
Pero
ser uno más, es ser uno cualquiera y esa debiera ser nuestra
aspiración, no ser ni más ni menos que los otros, que lo otro. Este es
el principio ético.
á
es uno más y B es otro. B es uno más y á es otro. á y B son uno más y
la naturaleza e instituciones son lo otro. La naturaleza y las
instituciones son uno más. Ambas podemos conocerlas y transformaras o
transformarlas y conocerlas. Conocerlas transformándolas. Ambos podemos
conocernos y transformarnos o transformarnos y conocernos.
Transformarnos conociéndonos.
5.
¿Y
qué hay que aprender? ¿Y qué tenemos que enseñar? ¿Y Cómo separar
educación e instrucción? ¿Y cómo separar teoría y práctica? ¿Cuándo,
dónde, cómo, por qué y en qué nos transformamos los unos a los otros?
¿Cuándo, dónde, cómo, por qué, en qué y para qué se transforman á y B?
¿Cuándo?
Por la mañana a lo largo de unas horas, medidas y compartimentadas,
anunciadas por el sonido del timbre y separadas por descansos dónde
evadirse
¿Dónde?
En un aula sentados frente a mesas, o sentados en pupitres, o en esas
sillas con paleta incorporada. Con una pizarra y una ventana e
información en las paredes. Con un crucifijo quizás, o la foto de un
reyezuelo, símbolo de la máxima autoridad. Con imágenes de personajes
cuyas gestas se debieran imitar. Con mensajes que recordar.
¿Cómo?
á ya espera sentado y B ya espera de pie. Lección 1: Espera. B habla y á
escucha, B pregunta y á responde, B manda y á obedece. Lección 2:
Obedece. á hace y B corrige y á hace de nuevo y á aprende o no aprende.
Lección 3: acierta o fracasa.
¿Por
qué? Por la socialización y la alfabetización. Por placer o por
imperativo legal, á se transforma en alumno y B se transforma en
maestro, á se transforma en niño y B se transforma en autoridad. Pero, y
el niño ¿se transforma para transformarse en autoridad?
¿Para
qué? Para gustar a los demás y conseguir afecto; para disgustar a los
otros y lograr imponerse; para complacer a los demás y subordinarse por
el miedo. á y B recíprocamente.
6.
En
el recreo á con sus compañeros, con los mayores y los pequeños.
Buscando en los otros afecto, respeto, emoción, aventura, diversión.
Pero también temeroso frente a lo desconocido necesitado de apoyo y
protección. B con sus compañeros, con el director y el Jefe de estudios.
Buscando respeto, afecto, quizá, pero también intentando mantener su
autoridad frente al juicio de los otros.
á corretea y fabula, B conversa y comenta y juzga.
7.
Y así transcurren las horas, los días, los años.
y luego tal vez B decide dejar de juzgar. Acierta o fracasa, no lo sabemos, pero encuentra el afecto el respeto y la libertad.
ResponderEliminary así transcurren las horas, los días, los años.
me encanta.
gracias